EL BORBON CORONADO POR LA DICTADURA FRANQUISTA.- XV

Juan Carlos de BORBON y Borbón, nació en la Roma fascista de Mussolini el 5 de enero de 1938,donde residía la familia real en su exilio dorado, desde que el 14 de Abril de 1.931 se proclamara la República en España…

» Consciente de mis responsabilidades ante Dios y la Historia, y habiendo pesado con toda objetividad las cualidades reunidas en la persona del principe Juan Carlos de Borbón, he decidido proponerlo a la nación como mi sucesor (…) Quiero refrescaros la memoria; la Monarquía que hemos establecido con la aprobación de la nación no debe nada al pasado. Nació en aquel 18 de julio de 1936 que constituye un hecho histórico trascendental que no admite ni pactos ni condiciones (…) Monarquía del Movimiento Nacional continuadora perenne de sus principios e instituciones y de la gloriosa tradición española».

( Del discurso pronunciado por Francisco FRANCO Bahamonde en las Cortes Españolas, el 22 de julio de 1.969 ).

Sea como fuere, lo cierto es que el abuelo del rey Juan Carlos de Borbón, ALFONSO XIII, estuvo desde el principio de la guerra incivil española del lado de FRANCO, a quien enviaba telegramas desde su «exilio de lujo» cada vez que el ejército sublevado se adjudicaba una victoria, enviándole «las más efusivas felicitaciones por la victoria final de las gloriosas tropas de su mando» en la carta enviada con fecha 9 de abril de 1939: » A sus órdenes, como siempre, para cooperar en lo que de mí dependa a esta difícil tarea, seguro de que triunfará y de que llevará a España hasta el final por el camino de la gloria y de la gandeza que todos anhelamos». De hecho, en agosto de 1936, ALFONSO XIII realizó gestiones muy decisivas para la victoria del fascismo – él mismo se llegó a proclamar como uno de los primeros falangistas de España, junto con el general PRIMO DE RIVERA – al ser advertido de que si en un plazo de ocho días los sublevados no recibían más aviones de caza y bombardeo, la guerra estaba perdida. El general Emilio MOLA «el Director» así se lo había hecho saber al marqués de Luca de Tena, y este viajó al día siguiente a Roma para entrevistarse con el conde CIANO, ministro italiano de Asuntos Exteriores, pero este le hizo saber que la única persona que podía interceder con Benito MUSSOLINI para el rápido envio de los «bombarderos» era el rey ALFONSO XIII, que en aquel momento, como casi siempre, se encontraba de cacería en Checoslovaquia, a donde se dirigió Luca de Tena con Victor Urrutia, dueño de la avioneta que les llevó ante el rey, de tal manera que al día siguiente hablaba telefónicamente con MUSSOLINI para que este enviara los aviones que MOLA reclamaba desesperadamente. No contento con ello, a su regreso a Roma, el rey mantendría una reunión con el papa PIO XI para que el Vaticano apoyase a los fascistas sublevados, como así ocurrió…

El rey Alfonso XIII impone a Franco la medalla al mérito militar. En realidad, los planes de la conjura monárquica para restaurar a los Borbones comenzó a fraguarse en 1932. La intención del golpe militar consistía en que el general Sanjurjo se hiciera con el poder para que Alfonso XIII regresara al trono, pero sufrió un ¿accidente?, y el golpe de Estado acabó en tragedia…

Sin embargo, finalizada la guerra incivil FRANCO incurría en una paradoja histórica: a pesar de su monarquismo demostrado, optaba por prescindir del rey para perpetrarse él en el poder hasta su muerte, aunque convirtiese a España en reino con su Ley de Sucesión de 1.947: » España, como unidad política, es un Estado católico, social y representativo que, de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino (Art. 1º) (…) La Jefatura del Estado correspondía al Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos don Francisco Franco Bahamonde (Art. 2º) (…) En cualquier momento el Jefe del Estado podía proponer a las Cortes la persona que debía ser llamada en su día a sucederle, a título de Rey o de Regente».

Aquella decisión de FRANCO iba a ser el origen de un permanente enfrentamiento con el heredero de la dinastía borbónica, don Juan, conde de Barcelona, como jefe espiritual del lobby monárquico que dentro de España había conspirado contra la República y a favor de la drástica intervención del Ejército, asentado «sus reales» en la localidad portuguesa de ESTORIL desde 1946 para iniciar, desde allí, una guerra psicológica contra FRANCO, planificada por su entorno de asesores y aduladores, tendentes a conseguir que el general abandonara cuanto antes el caudillaje  que él mismo se había arrogado sobre España y se aviniera a una restauración monárquica en la persona que en aquel momento ostentaba todos los derechos dinásticos. Pero, enseguida sería consciente el hijo de Alfonso XIII y padre del actual rey de España, Juan Carlos de Borbón, de que al dictador gallego, después de estar saboreando las mieles de un poder absoluto, omnímodo, feudal… y con un numerosísimo y fiel Ejército detrás que lo adoraba como al providencial líder capaz de llevarlo a la victoria sobre los enemigos de la patria, en absoluto estaba dispuesto a ceder ese poder a nadie, por muchos derechos que exhibiera, mientras le quedara un hálito de vida.

Y así sería efectivamente porque, cada vez más seguro de su supervivencia política y la aceptación de su régimen por las grandes potencias, empezaría a maquinar su operación de búsqueda de alguien que teniendo sangre real, por supuesto, y con la juventud necesaria para poder moldearlo a su capricho, estuviera dispuesto a ceñir , en un futuro, la corona de la nueva España del Movimiento Nacional salida de la lucha fraticida, comprometiéndose a defender sus principios y a respetar sus leyes fundamentales por tiempo indefinido. Además, el sucesor debería tener una exhaustiva formación castrense, es decir, que el futuro heredero  de la corona española debería ser un militar de alto rango y con una importante formación castrense a sus espaldas que el mismísimo Franco se encargaría de fiscalizar.

Franco y don Juan, conde de Barcelona reunidos en el yate «AZOR» el 25 de Agosto de 1.948. «Entre Franco y tú organizásteis mi vida como quisisteis. No he hecho otra cosa que obedecerte… Tú lo decidiste por mí», le dijo Juan Carlos de Borbón a su padre, que no asistió a su nombramiento como Rey de España el 22 de noviembre de 1.975.

Así las cosas, una vez aprobada la Ley de Sucesión por las Cortes Españolas en junio de 1.947 y descabalgado de facto don Juan de la carrera por la corona, Franco, con un acendrado monarquismo en sus genes y su profundo agradecimiento a la dinastía borbónica que le había elevado a lo más alto de la carrera militar al premiar prodigamente sus correrías africanistas, enseguida comenzó a considerar seriamente las posibilidades de que fuera uno de los hijos del Conde de Barcelona el que, covenientemente adoctrinado en los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional y siempre que cumpliera las expectativas de futuro, ciñera en su día la corona de España, de tal manera que para llevar a buen puerto su decisión el primer objetivo era lograr que los infantes Juan Carlos «Juanito» y Alfonso «Senequita» vinieran a estudiar a España para llevar a cabo su formación de acuerdo a lo estipulado, sin condiciones previas y reservándose el dictador la suprema y última palabra sobre la persona que sería «su elegido», sin descartar en ningún momento, por lo que pudiera ocurrir, a la otra rama borbónica representada por los herederos del sordomudo Jaime, Alfonso – casado con la única nieta de Franco – y Gonzalo, a pesar de que en 1.933 había renunciado a sus derechos sobre el trono para él y sus herederos.

Al final, el hombre «fabricado» por Franco dentro de la maquiavélica operación diseñada por él mismo para darle continuidad a su régimen a través de la pomposamente llamada «instauración monárquica» no fue otro que el actual rey de España, Juan Carlos Victor María de Borbón y Borbón Battenberg Orleáns y Habsburgo, nacido el 5 de enero de 1.938, en Villa Gloria, calle Parioli, 112, de Roma – «el pobre nació ochomesino y tenía los ojos saltones… era horrible, escribe su madre, Maria de las Mercedes, en sus memorias» -, siendo el primer hijo varón de don Juan, conde de Barcelona, heredero al inexistente trono que perdiera su padre Alfonso XIII, nacido mientras la República, salida de las urnas, luchaba por su vida en la batalla de Teruel, una de la más cruenta  de nuestra guerra incivil, el cual no sólo había nacido fuera de España, sino que ni siquiera tenía el derecho a la nacionalidad, puesto que su abuelo lo había perdido, al mismo tiempo que la corona, por decreto republicano para castigar su complicidad con el golpe de estado del general PRIMO DE RIVERA. Además, una antigua ley que regulaba las normas de sucesión en la corona española en 1713, para que los Habsburgo no volvieran a España, dejaba muy claramente establecido que nacer en el extranjero era impedimento para poder acceder al trono, aunque otro Borbón, Carlos IV, que también había nacido fuera también se lo había saltado «a la torera».

Nadie puso en duda que Alfonso «Senequita» era el inteligente y el favorito de don Juan. Jugaba al golf como él, y de mayor quería ser marino, como su padre. Aunque era el hermano pequeño de Juan Carlo, su madre siempre se refería a ellos como si fuera al revés: «Mis muy queridos Juanito y Alfonso», encabezaba las cartas que les enviaba a ambos desde Villa Giralda durante el curso de 1.955, sólo un año antes de que falleciera de un tiro en la cabeza con la pistola de su hermano Juan Carlos, cuando ambos estaban juntos en su casa de Estoril…

Pero, antes de dar «gracias a Dios» por el regalo que Franco nos hizo en la persona del Borbón, para distraernos a través de la televisión y el papel couché con sus hazañas terrenales que, como ha sido tradición en el trono borbónico, se centran fundamentalmente en disfrutar de los lindo con regatas, yates, viajes, vedettes, recepciones, fiestas, cacerías de osos, bodas a «lo persa»… y demás distracciones mundanas, todo ello bajo la modalidad del «gratis total», ocurriría una tragedia familiar en la familia borbónica, el 29 de marzo de 1956, en su Villa Giralda de Estoril:«¡ Júrame que no lo has hecho a propósito !», le gritaba un desesperado don Juan a su hijo Juanito, mientras trataba de reanimar a su hijo Alfonso «Senequita» que se moría en sus brazos como consecuencia del tiro de pistola que se le había «escapado» a su hermano de 18 años, Juan Carlos de Borbón, cadete en la escuela militar de Zaragoza, cuya bala de su STAR calibre 6,35 le había entrado por la nariz para alojarse en el cerebro, causándole la muerte.

Todo ocurrió en aquel jueves santo del año 1.956, al día siguiente de la llegada a Estoril de los dos hermanos procedentes de Madrid,Juanito de 18 años años y Alfonso «Senequita» a punto de cumplir los 15. Aquella mañana, temprano, Alfonso «Senequita» había disputado la semifinal del campeonato juvenil de golf con su compañero de colegio Antonio Eraso: «Me pego una gran paliza», recuerda Eraso al cabo de unos años. El infante don Alfonso de Borbón y Borbón Battenberg Orleáns y Habsburgo era incapaz de ocultar su alegría por aquella victoria mientras asistía a misa con su familia, pensando en la final que se iba a jugar el sábado santo. La cuestión es que a partir de aquel trágico suceso, hubo versiones que quisieron en todo momento desentenderse de la verdad de los hechos, evitando pronunciarse sobre cual de los hermanos manejaba el arma asesina en aquella mañana de Villa Giralda, y toda la prensa se limitó a recoger la versión oficial: «Al disparársele una pistola muere el infante don Alfonso de Borbón». Pero Franco sabía muy bien que había sido don Juan Carlos quien disparó el arma que mató a su hermano, como queda acreditado en un documento que se conserva en la Fundación Nacional Francisco Franco: » El recuerdo de la desgracia de su hijo el Principe Alfonso causa emoción a cuantos se encuentran unidos a esta familia por lazos de amistad y de cariño…(…) Pero en el orden político, el recuerdo puede arrojar sobre su hermano Juan Carlos sombras por el accidente y en las gentes simplistas evocar la mala suerte de una familia cuando a los pueblos les agrada la buena estrella de sus príncipes». Hasta aqui una posible explicación al silencio claustral sobre la tragedia. Franco pensaba que ése era el mejor medio para proteger los intereses futuros de don Juan Carlos al trono de España, tal vez porque ya pensase en él como posible sucesor suyo, como así se hizo realidad.

Jura de bandera de Juan Carlos de Borbón en el año 1.955, esto es, el año anterior a la muerte de su hermano «Senequita». ¿ Cómo se le puede escapar un tiro de su pistola a todo un militar con dieciocho años de edad y un año como cadete en la Academia Militar de Zaragoza?

Fue así cómo el 22 de julio de 1.969, tras haber cumplido don Juan Carlos treinta años, la edad establecida en la Ley de Sucesión para poder ser elegido sucesor a título de rey, Franco procedió a designarle, en el acto celebrado en el Palacio de La Zarzuela donde el entonces príncipe juró lealtad al Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento y a las Leyes Fundamentales del Reino, que luego como habían hechos sus antepasados Fernando VII y Alfonso XIII con la Constitución, no respetó.

 Por cierto, el gobierno de Zapatero lleva tiempo enfrascado en la noble tarea de retirar de las vías públicas españolas todos los símbolos que recuerden al fenecido franquismo – estatuas ecuestres del dictador, placas conmemorativas, dedicatorias de calles, placas de ¡ PRESENTE ! » en las paredes de las iglesias… -, pero nadie dice del primero y más emblemático de todos esos símbolos franquistas: el rey Juan Carlos, heredero del sanguinario militar y que no tuvo reparo moral alguno en jurar los inamovibles Principios Fundamentales de su régimen, comprometiéndose a asumirlos y defenderlos aunque luego, gracias a un sorprendente ataque de democracia sobrevenida propulsara una sacrosanta transición de conveniencia hacia un régimen de libertades en el que él, blandiendo ante los políticos el espantajo del ejército franquista y con toda la información de los aparatos de inteligencia del Estado y de las FAS a su servicio, pudiera mangonear el país casi tanto como su querido y amado caudillo del alma. Pues eso…, ¡ FUERA LOS SIMBOLOS DE LA DICTADURA SANGRIENTA ! Pero todos fuera. Absolutamente todos.

ANTON SAAVEDRA

Acerca de ANTON SAAVEDRA RODRIGUEZ

Hola a todos, soy Antón Saavedra y vivo en la cuenca minera asturiana del Nalón. Nacido en Moreda de Aller, (Asturias) el 30 de mayo de 1948, desde la edad de cinco años vivo en la barriada minera de La Juécara (LANGREO). Allí, en la Academia Mercantil de La Felguera (Frailín) cursé mis estudios de bachillerato por libre, y a la edad de 20 años, después de haber sido despedido de Constructora Gijonesa, Duro Felguera y Montajes de Ciaño por motivos sindicales, empezé a trabajar en la minas de Hunosa (Pozo Fondón) con la categoría de ayudante barrenista hasta el año 1974 que pasé a desempeñar el cargo de Graduado Social en el Grupo Siero (Pumarabule y Mosquitera). Posteriormente me licencié en Relaciones Industriales por la Universidad de Alcalá de Henares, y actualmente curso estudios para la licenciatura de Ciencias Políticas. Afiliado a la UGT y al PSOE en los inicios de los años 70, fui secretario general de la Federación Estatal de Mineros de UGT (1976-1989), vicepresidente de la Internacional de Mineros (1978-1990), y miembro del Comité Ejecutivo Confederal de UGT (1976-1988).Desde 1986 hasta 1994 ocupé un lugar en la Mesa del Comité Consultivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en representación de España. Durante este periodo participé como ponente en varios congresos y conferencias sindicales a nivel internacional, actuando en nombre de los trabajadores españoles ante la OIT, siendo autor del libro-informe publicado bajo el título “EL CARBON:UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS ENERGETICA”, que fue asumido por unanimidad de los miembros de la CECA como ponencia base en el debate sobre la politica energética comunitaria en 1991. Entre los años 1991 y 1998 fui diputado del Partido de Acción Socialista (PSOE histórico) en el Parlamento Asturiano por las lista de IU, así como miembro de sus respectivos comités ejecutivos federales. Soy autor de “SECUESTRO DEL SOCIALISMO” y “EL HEREDERO DE SURESNES” de muy recientísima aparición.
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5 respuestas a EL BORBON CORONADO POR LA DICTADURA FRANQUISTA.- XV

  1. paco dijo:

    Antón, se te ve el rabo de rojillo, ¿eres democratico?

    • antonsaavedra dijo:

      Pues claro que soy democrático y luchador por alcanzar la misma, lo cual nada tiene que ver con el sistema partitocrático que reina en España… En cuanto a que se me vea el rabo de rojillo, creo que se me ve mucho más que el rabo, yo diría que todo el cuerpo, entre otras cuestiones, lo llevo en los genes, pero eso es lo menos importante… ¿ En que se me nota lo de rojillo en mi artículo, el cual no contiene más que verdades como puños, las cuales están perfectamente cotejadas y, por lo tanto, demostrables en cada momento ? Un saludo

  2. kung dijo:

    Franco was a bastard, who shit on the ordinary spanish people, may he rot in hell

  3. antonsaavedra dijo:

    Llama la atención la carta enviada por Jaime de Borbón, el infante sordomudo, a su secretario Ramón Alderete, con fecha 16 de febrero de 1957, donde reclama que se abra una investigación al respecto: «Mi querido Ramón: Varios amigos me han confirmado últimamente que fue mi sobrino JUAN CARLOS quien disparó accidentalmente sobre su hermano Alfonso. Esta confirmación de la certidumbre que tuve desde el día en que mi hermano Juan se abstuvo de citar ante los tribunales a los que habían expresado públicamente tan terrible realidad, me obliga a obligarte(sic) que solicites, en mi nombre, que se proceda a la investigación judicial indispensable para establecer las circunstancias de la muerte de mi sobrino Alfonso… Exijo que se proceda a esta encuesta judicial porque es mi deber de Jefe de la Casa Borbón y porque no puedo aceptar que aspire al trono de España quien no ha sabido asumir sus responsabilidades»
    Una muestra más de que tanto Franco como don Juan trataron en todo momento de preservar a toda costa cualquier sombra de duda sobre la rectitud de Juan Carlos, convirtiendo de esa manera la tragedia ocurrida en una permanente sospecha. Además, ¿ por qué don Juan, lo primero que hizo, tras la muerte de su hijo, fue montar en su lujoso Bentley negro para llegar al mar y arrojar la pistola del crimen ?

  4. jose francisco dijo:

    Antón, me gustan muchísimo estas lecciones de historia real de España. Gracias

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