EL POZU DE LA MUERTE EN FUNERES.

A todos los mártires republicanos aventaos vivos a la sima del Pozu Funeres. Xunto a la so boca xorrez un texu, símbolu protetor del Llar asturianu y únicu testigu de tolo que sucedió de verdá entós» ( Antón SAAVEDRA y Juan GONZALEZ en el Pozu Funeres, el mes de junio de 1.972)

«Por la sima donde vuestros huesos sueñan/ cien mil voces insumisas crecerán/ y con el acero encarnizado de las peñas / quebrará su blindada soledad/ Enterraréis con todo vuestro pueblo/ a los caínes de la luz y de la paz/ y en la esperanza acuchillada a vuestro cuerpo/ implacable brotará la libertad.// Se moverán todas las manos proletarias/ en el verdor incesante de los prados/ amanecerá el sol del ocaso/ ya nadie atará el coral de vuestros brazos/ y la herencia de la muerte desatada/ y en la tristeza del tejo enamorado/ se abrirá un amanecer en la alborada.

(Veinte años de canción en España: Fernando González Lucini)

En 1.948, mientras EUROPA se recuperaba de una devastadora guerra mundial, ASTURIAS seguía viviendo bajo la represión de la dictadura franquista. Los guerrilleros y los hombres y mujeres que les ayudaron durante los quince años que duró su lucha sufrieron especialmente los mazazos de esta sistemática y calculada represión, por haber cometido el único delito de luchar por unos ideales democráticos, que a muchos – demasiados – les costó largos años de cárcel y campos de concentración, el exilio o la muerte. Sin embargo, aunque el «maquis» español se corresponda en perfecta coherencia con los movimientos de resistencia antifascista europeos – con la única diferencia de que en EUROPA los «maquis» triunfaron y en España fueron derrotados –, al tratarse en nuestro país de una historia de vencidos, una multitud de deformaciones y falacias han caído sobre la interpretación y el escaso estudio de esta realidad histórica, en gran parte debido a que los archivos específicos aún siguen en manos de los herederos de los represores.

De todas las atrocidades cometidas durante esta etapa de sangre y dolor, una de las mayores fue la que se produjo en el POZU FUNERES el 13 de abril de 1.948, cuando fueron arrojados  a su interior un número indeterminado de personas. Algunas fuentes hablan de dieciocho, otras de veintidos y otras de nueve las personas que, siendo conducidos a punta de fusil por la brigadilla y somatenes falangistas de Tuilla y Laviana fueron arrojados al interior del Pozu Funeres en los montes de la PEÑA MAYOR, contando en todo momento con la bendición de la iglesia católica, apostólica y romana que durante la confrontación cainita en absoluto se mantuvo neutral sino insurgente, pero no seré yo quien entre a debatir el número exacto de los luchadores republicanos arrojados al pozo de la muerte, entre otras cuestiones porque, para mí, el número de personas queda en segundo plano, limitándome, por tanto, a relatar los hechos en base a las versiones documentadas existentes y a los testimonios consultados.

El mismo Pepe MATA me había comentado en reiteradas ocasiones que, aunque el informe elaborado para la ONU hablaba de 22 personas, el número exacto era muy difícil de precisar, debido a las «desapariciones» tan frecuentes por aquellas fechas…

Así, cuando apenas se habían apagado los ecos de la emboscada realizada en aquella maldita noche del 27 de enero de 1.948, que acabó con la vida de diecinueve componentes del «maquis» asturiano, la GUARDIA CIVIL, inmersa en su ofensiva represiva y criminal, preparaba una de las acciones más sangrientas de aquella «guerra» escondida. El sargento FERNANDEZ de la guardia civil presentaba una docena de somatenes falangistas de la localidad langreana de TUILLA, todos ellos empleados en las minas de DURO-FELGUERA, al conocido sanguinario «Cabo ARTEMIO» de la benemérita, quien ya era conocedor de la ubicación del POZO FUNERES por indicaciones del famoso somatén falangista de POLA DE LAVIANA, Secundino, propietario de un estanco en la localidad minera, en cuya trastienda mantenía reuniones con la brigadilla, para informar de los movimientos de enlaces o «guerrilleros del llano» y los familiares de estos.

El primero de los detenidos sería el jóven de 24 años ERASMO ALONSO MARTINEZ «LALO», hijo de un enlace de La Castañal, en Laviana, y hermano del guerrillero PAULINO «el Animal», acusado por los somatenes de Tuilla de enlazar y dar munición al «maquis», aunque ni tenía militancia política ni había tenido ocasión de haber participado en la guerra incivil. En la madrugada del 19 al 20  de marzo sería «sacado» de su domicilio en Barredos de Laviana por la brigadilla y los somatenes, siendo trasladado hasta la misma boca del Pozo Funeres, donde sería interrogado con la pistola del sanguinario «cabo Artemio» en la nuca: «¡ Vete dándome los nombres de todos los enlaces de La Hueria y las casas donde se reunen con los del monte, sino aquí se acaba tú vida ! Como quiera que LALO se negó a decir una sola palabra, el «cabo Artemio» cumplía su amenaza, pegándole un tiro en la nuca y arrojando su cuerpo al interior del pozo.

SILVINO DIAZ MENÉNDEZ, uno de los socialistas asesinados en el Pozu Funeres

Al día siguiente del salvaje asesinato de «LALO», continuarían las detenciones por parte de la brigadilla y los somatenes falangistas – estos hijos de la gran puta señalaban los domicilios de los candidatos a ser arrojados al interior del Pozo Funeres, pero no entraban al interior de las viviendas, por temor a ser reconocidos por los familiares de los «paseados»- en los pueblos de la HUERIA DE SAN ANDRES, SOTO DE LORIO, BIMENES, BARREDOS Y EL CONDADO, siempre en horas de madrugada, entre las dos y seis de la mañana, o en la salida del trabajo, entre los que podemos citar a SILVINO DIAZ MENENDEZ, vecino de la Hueria de San Andrés y concejal del PSOE durante el periodo 1.931-36, que trabajaba en el Pozo Sotón, procedente de los «Batallones de trabajadores»; JESÚS GARCÍA IGLESIAS, de Les Felechoses, en la Hueria de San Andrés, afiliado al PSOE y minero de la Duro-Felguera procedente de un «batallón de trabajadores»; ENRIQUE SUÁREZ FERNANDEZ, de Les Felechoses, en la Hueria de San Andrés, minero y propietario del «chigre» en su pueblo; RAMÓN RODRIGUEZ ARGUELLES «Costazos», de La Vara, en Bimenes, minero de la Duro-Felguera procedente de la cárcel donde estuvo condenado a muerte; FERNANDO CARRIO MARTINEZ, 28 años, de Barredos en Laviana; CEFERINO GONZALEZ CONCHESO, de El Condado, en Laviana; ANTONIO GONZALEZ GARCIA, vecino de La Ferrera, en LAVIANA, y primo de los hermanos «Caxigales»; FERMIN CONCHESO ALONSO,  vecino de Soto de Lorío de Laviana, y enlace de «Los Caxigales»

Pozo Funeres en los montes de Peña Mayor

Los detenidos, militantes socialistas, comunistas y algunos sin afiliación política, todos ellos acusados de mantener contactos con «los del monte» fueron conducidos a una cabaña situada entre los concejos  de Bimenes y San Martin del Rey Aurelio, conocida por el «corral de Ricardo», donde fueron vistos, atados con cuerdas, por una jóven que pastoreaba sus ovejas, pero después de ser torturados salvajemente durante varios días, fueron conducidos a otra cabaña en la que, tal y como me comentaría en su día el compañero FELIPE – el más joven de los detenidos que, según su propio testimonio en una revista nacional (MAGAZIN), logró escaparse, había otros doce detenidos -, siendo conducidos todos juntos hasta la boca del Pozu Funeres para sufrir exactamente el mismo destino que ERASMO ALONSO «LALO»: el tiro en la nuca para ser arrojados, alguno de ellos vivos, al interior del pozo de la muerte.

POZU FUNERES en la Peña Mayor, escenario de uno de los actos de infamia más abyecto de la dictadura franquista…

Y siendo verdad que muchos de los detenidos fueron tiroteados previamente a ser arrojados al interior del pozo de la muerte, no es menos verdad que alguno de ellos llegó al fondo con vida, tal y como llegó a comprobar RAMON BLANCO, un vecino de TIRAÑA que subía a menudo con sus ovejas por aquella zona, a las que había que vigilar para que no se acercasen  a las grietas del terreno, hasta que un día pudo oír los quejidos humanos que procedían del fondo del Pozo Funeres, acercándose para intentar hablar con ellos y bajar de inmediato al pueblo para contar lo ocurrido, falleciendo a los pocos días de un paro cardíaco provocado, parecer ser, por la impresión que le había producido aquel macabro suceso.

Lógicamente, aquel terrorífico y sangriento suceso tuvo una gran repercusión, tanto en los niveles locales como internacionales, hasta el punto de que la Embajada inglesa envió a su cónsul en Gijón a verificar los hechos ocurridos, llegando incluso a la O.N.U. el informe elaborado por LUIS GARCÍA MARTINEZ «LUIS EL DEL CANTU» y JOSÉ MATA CASTRO: «… en las cuencas mineras, el franquismo tiene destacadas unas brigadillas especiales de la Guardia civil, reforzadas con elementos extraídos, por su instinto criminal, de las milicias falangistas (…) Las brigadillas especiales de Langreo condujeron a los veintidós presos al lugar denominado Peña Mayor, y en la parte de esta sierra enclavada en jurisdicción del concejo de Laviana, donde hay un pozo natural, llamado «Pozu Funeres» los asesinaron. ¿ Cómo? Lanzando a los veintidós desgraciados al mencionado pozo. Los más venturosos murieron al chocar sus cuerpos contra el fondo; los más desdichados, para aumento de su sufrimiento, aún conservaron vida algunos días. Del pozo salían lamentos de agonía, que, unidos a un insoportable hedor, sirvieron para denunciar la tragedia. Los verdugos pusieron término a ésta haciendo estallar, entre los moribundos y los cadáveres, cartuchos de dinamita y arrojando gasolina que las explosiones se encargaron de incendiar. Así quedaron seguros de que nadie sobrevivía (…) necesidad de que se promueva una campaña resonante contra tan horrendos crímenes, que en España son ignorados. Ya que el mundo no se siente capaz para acabar con el régimen oprobioso que España sufre, que haga, por lo menos, atenuar la represión (…) Quienes duden de la verdad del hecho pueden obtener comprobación de mismo visitando a las viudas y huérfanos de las víctimas en los pueblos de Hueria de San andrés (San Martin del Rey Aurelio), Barredos, Tiraña (Laviana) y otros de Infiesto (…) Con lagrimas en los ojos y el corazón lleno de rabia, redacto este informe (…) para que protestéis y hagáis que protesten cuantos amen la libertad y el derecho de gentes, todos los que han luchado contra el fascismo y el nazismo, y que aún toleran, al cabo de tres años de haberlos vencido, el bastardo retoño que es el franquismo, más cruel y más intolerable que los regímenes italiano y alemán que lo engendraron.»

POZU FUNERES EN LA PEÑA MAYOR DE ASTURIAS.

Sería el año 1.971, cuando fue colocada la primera placa en homenaje a las víctimas de aquella matanza: » A LOS ASESINADOS POR EL FASCISMO. VIVA LA LIBERTAD Y EL SOCIALISMO. P.S.O.E. – U.G.T. -F.J.S.E. «, la cual sería tiroteada por los somatenes falangistas, siendo retirada posteriormente por la guardia civil, pero al año siguiente, en 1.972, fui testigo de la colocación de otra placa, que también sufrió los mismos ataques. Otra placa más, colocada en el año 1.974, correría la misma suerte que las anteriores, hasta que en el año 1.984, sería colocada definitivamente  una placa de bronce del escultor onubense Pepe NOJA, la cual queda reproducida  en la foto que ilustra el presente capítulo. 

LUIS GARCÍA MARTINEZ «Luis el del Cantu», minero de Laviana afiliado al SOMA, formó parte del grupo de 29 guerrilleros asturianos que el 23 de octubre de 1948 fueron evacuados desde el puerto de Luanco hacia Francia en el barco fletado por Indalecio Prieto desde Saint Jean de la Luz. fue representante del PSOE en la localidad francesa de DOUBS, hasta que se marchó para Venezuela, donde falleció el 10 de enero de 1979.

Sin embargo, con independencia del número de personas asesinadas en este «agujero» maldito, el PSOE ha hecho de la masacre un símbolo de su resistencia al franquismo, sosteniendo, por conveniencia política, que la matanza era «un galardón enlutado del PSOE», toda vez que era «nuestro querido Partido quien derrama su sangre al cebarse en él los vampiros del franquismo», cuando la realidad fue que en el contexto de la Guerra Fría, los del PSOE coligieron que a los destinatarios del informe elaborado, principalmente Gran Bretaña, les resultaría muy perturbadora la presencia de los compañeros comunistas  entre las víctimas, pese a que LUIS GARCÍA MARTINEZ «Luis el del Cantu« reconoció desde un principio que «había varios comunistas» entre las víctimas – es posible, a raíz de las recientes investigaciones realizadas, que incluso haya más comunistas que socialistas -, optando por omitir toda referencia a los comunistas que pudiera impedir asistencia económica a los familiares de las víctimas. Una carta remitida por el padre del «Comandante Flórez» a JOSÉ BARREIRO en Toulouse, calificaba de ligereza la confección y difusión de una lista de supuestos represaliados en FUNERES sin «examinarla y matizarla», a la vez que mostraba su indignación por la presencia de comunistas en la relación, ya que de ello se derivaba que ahora se vieran obligados a «proteger a familias de quienes nos están asesinando». De hecho, ni él ni José Barreiro ignoraban, porque así lo reconoció de forma inequívoca LUIS «EL DEL CANTU», que «todos los de Laviana que tiraron al pozo – cinco en total – eran comunistas, excepto ANTONIO «el de la Ferrera», que no estaba afiliado a ningún partido.

Es decir, por cálculo político y sólo por cálculo político se creyó pertinente ocultar la verdadera identidad ideológica de las víctimas, concretamente la de los luchadores comunistas, una omisión que favoreció que el PSOE se apropiara del espacio más emblemático de la resistencia antifranquista en Asturias y, mediante un proceso de ritualización ceremonial que se prolonga sine die, lo convirtieron en el símbolo de su más que cuestionada oposición a la dictadura franquista. Instrumentalización partidista que hasta la fecha ha sido posible porque, quienes disponen de más credenciales para reivindicar  este LUGAR DE LA MEMORIA, han renunciado a entablar una guerra de la memoria para restituir la dignidad de las víctimas con el noble arma de la VERDAD HISTÓRICA. Yo no renuncio a ver un día una placa en el POZU FUNERES que, sustituyendo a la actual, esté dedicada «A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES QUE LUCHARON POR LA LIBERTAD DE UN PUEBLO».

ANTON SAAVEDRA