«Si nuestra labor ha servido en algo para la reconquista de la democracia, damos por bien el esfuerzo»
( RAMON MENDEZONA, director de Radio España Independiente «La Pirenaica», el 14 de julio de 1.977 )
Ssssh…, ahora va a hablar ella, decía mi padre a la hora de sintonizar el aparato de radio, con el volúmen muy bajo y poniendo el dedo índice delante de sus labios: » Aquí Radio España Independiente, estación pirenaica, la única emisora española sin censura de Franco… trasmitiendo por campos de onda de ….» En efecto, se trataba de una emisora creada por el Partido Comunista de España en el marco de la creación de emisoras de radio por parte de diversos partidos comunistas de Europa durante la Segunda Guerra Mundial como un elemento más de la lucha por sus propósitos, la cual comenzaría a emitir desde Moscú el 22 de julio de 1.941 – la emisora, en contra de lo que tantas veces se ha dicho, nunca trasmitió desde los Pirineos ni desde Praga -, aunque para eliminar la sensación de lejanía que podía significar para los oyentes españoles fue utilizado el apelativo de «estación pirenaica».
Es cierto que «La Pirenaica» fue una emisora comunista que, sin ocultar en ningún momento sus señas de identidad, siempre estuvo ligada en su trayectoria a la historia del Partido Comunista de España, a su linea política, a su evolución interna y a su concepción de las tareas propagandísticas, pero no es menos cierto que, mientras otros procedían a repartirse los tesoros robados al pueblo español a base de golpes y acusaciones entre sí, dejando «tirados» en el exilio a los verdaderos luchadores republicanos, caso concreto de PRIETO y NEGRIN en el PSOE, «La Pirenaica» quedó convertida en la voz del antifranquismo. Aquella emisora sirvió, entre otras cuestiones, para decirles a quienes combatían en el interior que no estaban solos en la lucha que mantenían «cara a cara» contra la dictadura franquista, y para explicarles a quienes no combatían que había gente que sí lo hacía, recordándoles en todo momento que hubo un pueblo llamado España que había sido libre, siendo necesario integrarse en la lucha para arrancar aquella libertad que habían secuestrado los fascistas.
Lógicamente, aquellos «cacharros de madera» causaban bastante dolor de cabeza al dictador Franco, hasta el punto de que ordenó la instalación de interferencias controladas por Carrero Blanco con el objeto de dificultar y evitar que la señal no llegase a nuestros receptores, contraatacando con emisiones volantes desde Bulgaría o Hungria, elevando la potencia o cambiando las frecuencias, pero a pesar de la ayuda económica y tecnológica procedente de los EE.UU. para que no pudieramos escuchar «La Pirenaica» – en las huelgas mineras del 62 en Asturias ya conectaba yo con la emisora, organizándome pocos años después en la «Juventud Norteña» y «Amigos del Nalón», auténticas tapaderas del Partido Comunista, aunque nunca llegué a militar en el mismo, ya que mis preferencias estaban en el PSOE y U.G.T. donde había militado mi «güelu», José SAAVEDRA Zapico -, a pesar de los pitidos, zumbidos y ruidos de fondo, enseguida localizabamos la conexión tras aquella melodía de SUSPIROS DE ESPAÑA y su saludo diario a los oyentes, que ha quedado grabado en la mente de miles y miles de españoles: » Aquí Radio España Independiente…»
Aquella emisora clandestina, en realidad fue una de las pocas ventanas por las que los españoles podían asomarse al exterior durante la criminal dictadura franquista pero, sobre todo, fue la via que nos permitió a muchos de nosotros enterarnos de todo aquello que al régimen no le interesaba que supieramos, como las huelgas de los mineros en Asturias; las gestas de«los del monte»; el proceso de Julián Grimau; los movimientos que iban surgiendo en la Universidad; el mensaje de Menéndez Pidal con el documento firmado por 1.161 intelectuales, estudiantes y obreros, exigiendo libertad de asociación, libertad sindical, derecho de huelga, libertad de información y expresión; la revolución cubana; el proceso 1.001 de las Comisiones Obreras; las bombas atómicas de Palomares; el proceso de Burgos; las corrupciones urbanísticas y de todo tipo en el régimen… Es decir, todo aquello que Radio Nacional y el NO-DO silenciaban o, lo que era mucho peor, manipulaban y tergiversaban, hasta querer hacernos creer que «Jesucristo había muerto electrocutado en una de las redes de alta tensión de FENOSA».
Es posible que en el recuerdo colectivo del país, Radio España Independiente, «LA PIRENAICA», haya quedado como un grito antifranquista, exagerado en bastantes ocasiones, triunfalista casi siempre y panfletario sin duda, pero la realidad fue que, durante treinta y seis años, día a día, noche a noche, cubrió aquel vacio informativo impuesto por la dictadura franquista para trasladarnos aquel mensaje de esperanza que penetraba en los hogares de los españoles en aquellas trasnochadas de la sombría postguerra de la cartilla del racionamiento, la represión y el pasodoble, muchos hombres, muchas mujeres y algunos niños escuchaban esa voz que llegaba del infinito y se colaba por entre los tricornios de la guardia civil y los campanarios de las iglesias, una voz que nos decía que no todo estaba perdido y que, con la lucha y el sacrificio, podíamos reconquistar aquella libertad perdida por la fuerza de las armas. En definitiva, era un grito de resistencia.
Sin embargo, todo hay que decirlo, la distancia y las dificultades de comunicación hacían dudosa la eficacia de unos programas que, desde el principio, no pasaban de ser meros panfletos estridentes, declaraciones solemnes de solidaridad, documentos oficiales de los partidos comunistas y noticias internacionales vistas en todo momento desde la óptica soviética. Se trataba de elevar la moral, que no era poco, pero el alejamiento de «la Pirenaica» respecto a España era mucho más absoluto que el impuesto por la distancia geográfica, hasta el punto de que aquella euforia democrática de nuestra postguerra más inmediata dio paso a una guerra fria que iba recrudeciéndose vertiginosamente, lo que obligaba a un cambio de estilo y tono para no quedar encerrados en aquel famoso «telón de acero», so pena de quedar marginados definitivamente del pais.
En ese contexto, las luchas sociales y las protestas económicas tenían una fuerte carga de oposición política por culpa del propio régimen, con sus triunfalismos alicortos, con sus balandronadas y «conturbenios», donde la oposición vio que ese era un camino seguro para erosionar el sistema dictatorial de Franco, tal y como quedó explicado en mi arterior capítulo referido a la resistencia de los mineros asturianos y a la creación de las Comisiones Obreras por el Partido comunista, y «la Pirenaica» necesitaba convertirse en el portavoz no sólo de los comunistas, sino también de toda aquella otra gente que, más o menos organizada en grupos políticos, comenzábamos a protestar contra los abusos, la corrupción, la dureza y las dificultades económicas de las que el régimen era el culpable visible y notorio.
Y «La Pirenaica» se propuso conseguir ese cambio de estilo y tono, empezando por el nombramiento de un nuevo director en la persona de Ramón MENDEZONA Roldán «alias Pedro Aldamiz», periodista que había sido el responsable de propaganda durante la guerra incivil en Madrid. Tres años después, el 5 de enero de 1.955, la emisora sería trasladada a la capital rumana de BUCAREST, desconociéndose las razones exactas que habían motivado su traslado, aunque no parezca dificil imaginarse que el mismo respondía a una redistribución entre los diversos paises «socialistas» de las responsabilidades en la solidaridad internacional, de ayuda y, en cierta medida, de control del movimiento comunista internacional, donde MOSCU no quería aparecer como el centro de ese movimiento ni quería tampoco que esa solidaridad y las movilizaciones que ello comportaba tuviera como único copyrigth el comunista.
El mundo «socialista» se había ampliado con una serie de repúblicas «populares» que mantenían unas formas políticas a caballo entre los soviets moscovitas y los parlamentos occidentales y, claro, aquellas emisoras como «La Pirenaica» no encajaban, a menos que fueran «nacionales», muy clandestinas y muy limpias respecto a internacionalismos que no estuvieran justificados por desinteresadas solidaridades progresistas. Moscú, aunque lo fuera de hecho, no quería aparecer como el motor de aquel movimiento comunista internacional, como el hacedor de consignas para exportar revoluciones, entre otras cuestiones, porque la propaganda de la guerra fría atacaba fuertemente a la Unión Soviética precisamente por eso, por ser el mayor incordiante, y por eso se elegió RUMANIA como el lugar idóneo para el nuevo emplazamiento de «La Pirenaica», al ser este un país pequeño y subdesarrollado, pero con un partido comunista que se lo debía todo a la URSS, rodeado de paises hermanos que no tenían que enfrentarse directamente al mundo capitalista, como era el caso de la Alemania del Este, por ejemplo…
Aquella emisora era tan sumamente clandestina que, debido a la cantidad de espias merodeando de continuo por aquellos paises del «telón de acero», sus trabajadores no sabían la dirección donde estaban ubicados los estudios en aquel edificio de la burguesía, perteneciente al siglo XIX, adonde eran trasladados diariamente por los coches oficiales y custodiados permanentemente por la SECURITATE rumana, dándose el caso de que ni siquiera les era permitido sintonizar con la emisora en sus propias casas de Bucarest.
Vuelvo a conectar mi radio para buscar «LA PIRENAICA», pero no soy capaz de localizarla porque las voces de aquellos locutores se han quedado mudas, y otros quieren borrarla de la verdadera MEMORIA HISTORICA, pero muchos, entre los que me encuentro, la echamos de menos. Por algo será…
ANTON SAAVEDRA
http://www.ivoox.com/podcast-podcast-radio-pirenaica_sq_f119316_1.html
Hola, Desde Mallorca, siempre fui un fiel seguidor de las emisiones radiofónicas de Radio España Independiente. Saludos de Nicolas Nadal
Gracias. Ahora veo que aquí se encuentra el origen del contenido de otras webs de internet que hablan sobre la Pirenaica. Pero ha ido siendo malinterpretado en algunos puntos, dejando otros interesantes sin repetir, y a veces añadiendo cosas de la cosecha del transcriptor que no son ciertas (como que las emisoras de Playa de Pals-Gerona se utilizaban para interferencias de REI)
Repasa la redacción tan oscura y confusa en el texto que acompaña la foto de Ramón Vila, al que supongo trabajando en la mili, en cualquier ciudad española, con un transmisor que interfería sobre la emisión de REI.
Debo aclarar que en Burgos se sintonizaba y grababa diariamente esta emisora por una unidad del Ejército de Tierra. Lo aclara alguien que tuvo como una misión transportar magnetófonos desde Madrid para este cometido. Otros componentes de esta misma unidad eran los que de forma bastante confidencial u oculta dentro del mismo ejército, operaban emisores para interferir a REI, al menos aquellos radicados en Madrid-Peñagrande.
Yo también la sigo echando de menos en el dial de la Onda Corta. A veces creo que, con la distancia ideológica que se quiera, Jiménez Losantos es continuador de la misma escuela.
Debo hacer notar que la mención de que Radio Nacional o el NoDo hayan hecho creer que “Jesucristo había muerto electrocutado en una de las redes de alta tensión de FENOSA”, es la primera vez que lo oigo, y me parece una soberana estupidez, y si no se me demuestra lo contrario, una mentira.